El gobierno de Estados Unidos ha lanzado acusaciones contundentes contra Rusia, señalando que el país está llevando a cabo una campaña para influir en las elecciones presidenciales de 2024. Según el Departamento de Estado, esta operación se realiza a través de medios estatales rusos, como el conglomerado Russia Today (RT), que han reclutado a influencers estadounidenses para diseminar desinformación sin que estos sean conscientes de su participación en una operación extranjera.
Durante una reunión del Grupo de Trabajo sobre Amenazas Electorales en el Departamento de Justicia, el fiscal general Merrick Garland expuso que el gobierno estadounidense ha confiscado 32 dominios de Internet utilizados por actores rusos para interferir en el proceso electoral. Garland enfatizó que estas acciones son parte de un esfuerzo más amplio para proteger la integridad de las elecciones en el país.
Además, se ha presentado un caso en el que dos empleados de RT están acusados de operar una empresa en Tennessee que generó cerca de 2,000 videos con propaganda rusa. Los acusados, que se encuentran prófugos, utilizaron identidades falsas, lo que complicó la detección de la operación por parte de las autoridades.
Garland también reveló que un documento de planificación interna del Kremlin establece que uno de los objetivos de esta campaña es “asegurar el resultado preferido de Rusia en las elecciones”. Aunque no se especifica cuál sería ese resultado, se recuerda que en 2016, Rusia favoreció la candidatura de Donald Trump sobre Hillary Clinton.
Las acciones del Departamento de Justicia han sido acompañadas por sanciones del Departamento del Tesoro, que ha designado a 10 individuos y dos entidades rusas involucradas en esta campaña de influencia. La secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, subrayó que estas buscan responsabilizar a los actores estatales por sus intentos de socavar la confianza pública en las instituciones estadounidenses.
La operación de desinformación, que se dirige a votantes estadounidenses a través de redes sociales y medios como RT, ha sido objeto de atención por parte de las agencias de inteligencia de EE. UU. UU., que ya habían identificado a RT como una fuente de propaganda. Las autoridades han exigido que la cadena se registre como agente extranjero debido a su papel en la difusión de desinformación.
Este no es el primer intento de Rusia de interferir en las elecciones estadounidenses. Tras las elecciones de 2016, las investigaciones concluyeron que Rusia había intervenido para beneficiar a Trump y perjudicar a Clinton. El informe del fiscal especial Robert Mueller indicó que el Kremlin buscaba asegurar una presidencia de Trump, lo que ha generado preocupaciones sobre la posible repetición de estas tácticas en el ciclo electoral de 2024.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, ha expresado que el gobierno está alerta ante la posibilidad de interferencia rusa en las próximas elecciones, describiendo a Rusia como un adversario que busca manipular la política y la democracia en Estados Unidos. La situación plantea serias interrogantes sobre la integridad del proceso electoral y la influencia de actores extranjeros en la política estadounidense.