Donald Trump ha dejado en manos de Marco Rubio la decisión sobre qué países serán objeto de aranceles del 25% por comprar petróleo de Venezuela. Esta medida se deriva de un decreto firmado por Trump el 25 de marzo de 2025 y entra en vigor el 2 de abril de 2025, aunque la aplicación de los aranceles no es automática. El decreto establece que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, será el encargado de determinar qué países serán sancionados. La medida es una herramienta de presión política y económica contra el régimen de Nicolás Maduro.
La decisión de imponer los aranceles no se basa en una lista fija de países, sino que dependerá de las importaciones de petróleo venezolano, ya sea directa o indirectamente, a través de terceros. Entre los países que podrían verse afectados están China, España, India, Rusia, Cuba y otros que siguen comprando petróleo de Venezuela. El decreto permite que se impongan aranceles a productos importados desde estos países, lo que tendría repercusiones económicas significativas, especialmente para aquellos que dependen de este crudo.
A pesar de que Trump ha delegado la decisión final a Rubio, el presidente tiene la última palabra. Esto ha creado cierta incertidumbre en torno a la medida. Rubio ha dejado claro que no permitirá que ningún país o sus empresas sigan comerciando con el régimen de Maduro, argumentando que este gobierno ha socavado la democracia en Venezuela y ha causado un sufrimiento humano significativo. La política de sanciones, que ha sido una de las estrategias clave de Estados Unidos contra el régimen venezolano, sigue siendo un pilar fundamental de la administración de Trump.
El nuevo decreto tiene implicaciones directas para las empresas internacionales que operan en Venezuela, especialmente en el sector petrolero. Estados Unidos ha ampliado el plazo para que la compañía Chevron continúe operando en el país, lo que demuestra una cierta flexibilidad en su política exterior. Sin embargo, la imposición de aranceles podría cambiar el panorama para muchas empresas extranjeras, que deberán evaluar cuidadosamente sus relaciones comerciales con Venezuela para evitar represalias.
En este contexto, la medida busca presionar al régimen venezolano y aumentar el aislamiento internacional de Maduro. La administración de Trump ha argumentado que el gobierno venezolano sigue representando una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos debido a su apoyo a actores internacionales como Irán y Rusia, además de su influencia desestabilizadora en América Latina. La presión económica también busca frenar la crisis humanitaria en Venezuela, que ha generado una ola migratoria hacia países vecinos como Colombia.
Los detalles del decreto no excluyen al gas venezolano de las sanciones, aunque en el texto original no se menciona explícitamente el gas, sino solo el petróleo y sus derivados. Esto ha generado cierta confusión, ya que Trump había hablado previamente sobre imponer sanciones tanto al petróleo como al gas venezolano. Esta falta de claridad podría llevar a ajustes en la implementación de la medida en los próximos meses, dependiendo de cómo se interpreten las importaciones indirectas de productos energéticos.
Además de la flexibilidad que da Rubio en cuanto a la imposición de los aranceles, el decreto establece que las sanciones podrían ser suspendidas si el país afectado deja de comprar petróleo venezolano. Esto introduce un elemento de diplomacia en la política de sanciones, permitiendo que algunos países puedan negociar su situación con Estados Unidos para evitar las represalias. Sin embargo, la presión seguirá siendo fuerte sobre los gobiernos que decidan seguir comerciando con el régimen de Maduro.
El impacto global de esta medida será considerable. Las naciones que todavía compran petróleo venezolano podrían verse obligadas a tomar decisiones difíciles. Algunos países con una fuerte dependencia del crudo venezolano podrían enfrentar una escasez de suministro si optan por acatar los aranceles. La reorientación de sus fuentes de energía podría ser un desafío a corto plazo, pero muchos países probablemente buscarán nuevas alianzas comerciales para reducir su vulnerabilidad a las sanciones estadounidenses.
Autor: Grogunn Dithas
Fuente: Asesoría de Comunicación de Saftec Digital