
A pesar de su potencial transformador, estos emprendedores enfrentan obstáculos únicos, como la dificultad de acceso al capital, ya que muchos inversionistas priorizan el retorno financiero rápido en lugar del impacto social. Además, medir resultados intangibles, como la “mejora en la calidad de vida”, puede ser complejo, lo que dificulta la captación de recursos. Otro desafío es equilibrar la misión social con la sostenibilidad financiera, ya que muchos negocios sociales operan en mercados con baja capacidad de pago.
¿Cómo pueden apoyar estas iniciativas el sector privado y los gobiernos?
Las empresas tradicionales están reconociendo cada vez más el valor del emprendimiento social, ya sea mediante asociaciones, inversiones en startups de impacto o programas de aceleración. Las grandes corporaciones pueden adoptar prácticas de responsabilidad social corporativa (RSC) que respalden negocios inclusivos. Por su parte, los gobiernos tienen un papel fundamental en la creación de políticas favorables, como incentivos fiscales, convocatorias específicas y acceso a crédito subsidiado.
Diversas iniciativas en todo el mundo demuestran el poder de este modelo, señala Ricardo Nunes. El Grameen Bank, fundado por Muhammad Yunus, revolucionó el microcrédito, sacando a millones de personas de la pobreza. En Brasil, Natura ha incorporado prácticas sostenibles y de comercio justo en su cadena productiva, beneficiando a las comunidades de la Amazonía. Startups como Sanergy (Kenia) transforman residuos en energía y fertilizantes, mejorando el saneamiento básico y generando ingresos.
Por último, a medida que las crisis globales como el cambio climático y la desigualdad se intensifican, el emprendimiento social se vuelve aún más relevante. Ricardo Nunes destaca que nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y blockchain, están siendo utilizadas para escalar soluciones de impacto, mientras los consumidores conscientes exigen marcas con propósito. El futuro pertenece a los negocios que integran ganancias e impacto, demostrando que la economía puede ser una fuerza para el bien.
Autor: Grogunn Dithas
Fuente: Oficina de Comunicación de Saftec Digital