Si un extranjero en proceso de asilo pone un pie fuera de Estados Unidos “automáticamente se deporta”, advierte Alex Gálvez, un abogado de inmigración que ejerce en Los Ángeles, California. Fue la respuesta que dio al caso de un venezolano que no acudió a su cita ante un juez de inmigración para pedir la protección del gobierno estadounidense.
“Es un error de los más agrega”, agrega. “Se pierden todos los derechos de permanencia en Estados Unidos”.
Al igual que miles de otros venezolanos, Ángel salió de su país el año pasado rumbo a Estados Unidos. Llegó a la frontera, se entregó a las autoridades federales y su caso fue referido a un tribunal de inmigración para que un juez decida su futuro en el país.
Pero a causa de un problema urgente en su tierra natal se vio forzado a viajar. “Entre vía terrestre a los Estados Unidos y tengo una orden de presentación ante un juez el 25 de febrero del 2025, en Miami (Florida), pero tuve que salir por problemas familiares en mi país Venezuela”, cuenta en un correo electrónico enviado a nuestra redacción.
La fecha de corte para dentro de un año se debe al atasco en la Corte de Inmigración (EOIR) que a finales de febrero tenía más de 3.4 millones de casos acumulados.
“Estoy buscando ayuda porque quiero regresar y quiero tener mi audiencia y poder presentarme como corresponde ante la ley”, dice este desesperado inmigrante.
El mensaje no explica si pensaba pedir asilo en día que se iba a presentar ante un juez, ni la razón del asilo. Al parecer su vida no estaba en riesgo puesto que regresó a su país para atender una emergencia familiar y ahora tratará de volver a la frontera sur para intentar entrar nuevamente.
La Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) recuerda en su página digital que las causas de asilo son cinco: persecución por raza, nacionalidad, religión, raza, pertenencia a un grupo social en particular u opinión política.
Al revisar la pregunta, Gálvez indica que Ángel cometió un “grave error” que implica “severas consecuencias.
“Técnicamente se autodeportó”, puntualiza. “Cuando puso un pié fuera de Estados Unidos y se dirigió a Venezuela, abandonó su caso de inmigración. Se deportó él mismo antes de enfrentar el juicio de asilo donde iba a tener la oportunidad de pedir asilo”.
Cabe señalar que los inmigrantes que piden asilo en la frontera y sus casos son referidos a un tribunal de inmigración, reciben cargos federales y enfrentan un proceso de deportación donde tienen la oportunidad de pedirle asilo al juez a cargo del proceso.
“En este tipo de casos, donde hay abandono del expediente y el extranjero sale de Estados Unidos, no hay moción de reabrir el caso porque la persona se deportó”, explica Gálvez.
Los únicos casos donde se puede reabrir un caso “es cuando el extranjero demuestra que recibió una Notificación de Comparecencia (NTA) con errores (de fecha, hora del juicio y/o dirección del tribunal), o si existen razones excepcionales”, dice Gálvez.
Por razones excepcionales se entiende que la persona se encuentra en Estados Unidos, no ha salido del país y no acudió a la cita ante el juez por enfermedad, se hallaba hospitalizado o tiene otra causa que debe argumentar ante la corte y esperar la decisión del juez de darle una segunda oportunidad.
“Ángel, al salir, perdió sus derechos de permanencia”, reiteró Gálvez.