Pedro Sánchez renueva el compromiso de nuestro país con la firma de un pacto que incluye 1.000 millones en 2024
Hasta los cuadernos o portafolios que porta su delegación son de estética militar. Todo lo que rodea a Volodímir Zelenski es color caqui. Su vida se tiñó de ese color tras la invasión de Rusia en febrero de 2022. Y con sus inconfundibles camiseta de manga corta y pantalones viajó hasta Madrid, en su primera visita oficial a España para firmar un acuerdo político bilateral de seguridad y defensa que, entre otras cuestiones, supone que nuestro país da a Ucrania 1.000 millones de euros para gasto militar. «Vamos a estar con Ucrania todo el tiempo que haga falta hasta que se garantice su libertad, su integridad territorial y se respete su soberanía nacional», proclamó Pedro Sánchez tras firmar en La Moncloa un texto que llevaba negociándose desde finales del verano pasado.
Este desembolso millonario se aprobó en un Consejo de Ministros celebrado el pasado 16 de abril por el que se autorizó la celebración del acuerdo marco para el suministro de diverso material para el refuerzo de capacidades militares. «Mil millones que van a permitir a Ucrania reforzar sus capacidades, incluida su defensa antiaérea, esencial para defender a la población civil, sus infraestructuras y las ciudades que siguen recibiendo ataques indiscriminados», relató Sánchez, que se refirió a Zelenski como «mi buen amigo».
El texto, además de querer visibilizar y afianzar el apoyo de España a Ucrania en el futuro, supone un impulso para las industrias de defensa de ambos países, sobre todo para la española. Sánchez está decidido a convertir este sector en estratégico y aumentar su inversión y músculo. Eso explica que España «analizará alternativas para atender las necesidades de la industria de defensa ucraniana, entre ellas, las inversiones en nuevas capacidades, la adquisición de material crítico para la fabricación de municiones y la adquisición de parte de la producción de la industria de defensa ucraniana para las fuerzas de seguridad y defensa de Ucrania».
Hasta el pasado 29 de febrero, y según datos oficiales del Gobierno, España realizó un total de 151 exportaciones de material militar a Ucrania, de las cuales 61 corresponden al Ministerio de Defensa y 90 a empresas privadas. «España es un socio fiable y nos ayuda a defendernos desde el primer día. España no cerró los ojos ni han sido indiferentes cuando los misiles rusos han destruido nuestras ciudades y matado a nuestros niños», agradeció Zelenski.
Pero el acuerdo de cooperación en materia de seguridad abarca muchos otros aspectos relativos a materia de inteligencia, formación, desminado, reconstrucción o asistencia humanitaria. Fuentes gubernamentales consultadas por el texto ponen especial énfasis en el tema de la reconstrucción. No ya sólo porque España sea uno de los países que de manera más decidida ha apostado por una Conferencia de Paz que secunde la hoja de ruta trazada por Zelenski, sino porque esa superación del conflicto bélico abre un nuevo escenario, como es el de la reconstrucción de un país devastado tras más de dos años de guerra y que, como relató Zelenski, sufre el lanzamiento de «más de 3.000 bombas al mes dirigidas contra civiles» por parte de Rusia.
RECONSTRUCCIÓN DE UCRANIA
España, también Ucrania claro, conceden tal importancia a este asunto que ocupa un apartado específico del texto que rubricaron en La Moncloa ambos mandatarios. «España se compromete a participar activamente en la recuperación y reconstrucción de Ucrania». El objetivo, como, por ejemplo, sucedió en Irak, es posicionar a nuestro país y nuestras empresas de manera ventajosa para una tarea que supondrá miles de millones.
Hace un par de meses, Naciones Unidas, la Comisión Europea, el Banco Mundial y el Gobierno ucraniano estimaron en 448.000 millones de euros el precio de la reconstrucción de Ucrania durante la próxima década. Esta evaluación detectaba, según Naciones Unidas, que las mayores necesidades en materia de recuperación y reconstrucción se concentran en la vivienda (17% del total), seguida del transporte (15%), el comercio y la industria (14%), la agricultura (12%), la energía (10%), la protección social y los medios de subsistencia (9%) y la gestión de los riesgos de explosión (7%).
«Los daños en nuestro país son enormes y crecen debido a los nuevos ataques. En todas las esferas hay lugar para desarrollar la economía del país, es muy importante dar la información de cómo entrar en el mercado de Ucrania. Hay fondos y un volumen de proyectos de alrededor de 400.000 millones de euros, una gran oportunidad para las empresas de Galicia y de España», recomendó hace un mes el embajador ucraniano, Serhii Pohoreltsev, en una reunión con empresarios gallegos en la que también había presencia de empresas ucranianas.
De ahí la importancia de posicionar al país y a las empresas en una carrera que ya está en marcha, pues aunque la guerra sigue, los ucranianos ya están trabajando en la reconstrucción. Eso explica también que Sánchez haya confirmado que España participará en la Cumbre sobre la Reconstrucción de Ucrania que se celebrará en Berlín a principios de junio.
«Ucrania considera que España y las empresas españolas son socios fundamentales para la reconstrucción del país, especialmente en lo que respecta a los sectores de las infraestructuras, la ingeniería, la construcción, la energía, el transporte, los bienes de equipo, la sanidad y el sector digital», plasma el acuerdo bilateral.
El pacto, que se proyecta durante 10 años, pero que se revisará anualmente -esto es, no se darán 1.000 millones cada año a Ucrania para apoyo militar-, establece que España apoyará la reconstrucción de Ucrania ateniéndose al principio de «reconstruir mejor» y «persiguiendo el objetivo específico» de reducir la dependencia y la vulnerabilidad energéticas del país e impulsar su transición verde, para lo cual participará en proyectos centrados en la eficiencia y resiliencia energéticas y, en concreto, en la adopción de medidas para la descarbonización.
La reconstrucción de Ucrania es un asunto que lleva tiempo en el foco del Gobierno. Hace un año, entonces con el argumento de la Presidencia española de la UE, el Ministerio de Economía, a través de la Secretaría de Estado de Comercio, realizó una visita oficial a Ucrania llevando una delegación de representantes del sector empresarial español. El trasfondo: conocer los planes y proyectos de recuperación del país. En esa delegación participaron las empresas públicas INCIBE, Adif, Ineco, Renfe y AECID, así como la Cámara de Comercio de España.
«Las empresas españolas van a tener un papel relevante en la reconstrucción de Ucrania. Queremos poner a su servicio todo nuestro talento y experiencia internacional en sectores claves como son las infraestructuras, los transportes o la energía», dijo ya entonces la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.
En marzo de este año, una delegación ucraniana del sector ferroviario, encabezada por Yevhen Liaschenko, CEO de Ukrzaliznytsia, compañía pública de ferrocarriles, visitó España. Un viaje en el que expuso la visión y las necesidades del sistema ferroviario ucraniano. Los dos países lo ven un sector clave. “El sector del ferrocarril será fundamental en la reconstrucción de Ucrania y en su integración con el resto de Europa. Las empresas españolas pueden contribuir enormemente a esta reconstrucción”, concretó Alicia Varela, directora general de Comercio Internacional e Inversiones del Ministerio de Economía.