A pesar de un segundo fallo en contra que declaró ilegal el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) el pasado mes de septiembre, el año 2023 demostró una vez más que los dreamers son exitosos y continúan contribuyendo a la economía estadounidense.
Así lo revela una nueva encuesta elaborada por el U.S. Immigration Policy Center de la Universidad de California, en San Diego, junto con United We Dream (UWD), el National Immigration Law Center y el Center for American Progress (CAP).
Creado en 2012 por el entonces gobierno de Barack Obama, DACA concedió un amparo temporal de deportación más de 1 millón de jóvenes indocumentados que entraron siendo niños (antes de los 16 años) a Estados Unidos y se les conoce como dreamers. Además, les concedió un permiso de trabajo renovable cada dos años. Ambos beneficios se renuevan cada dos años.
El año pasado, sin embargo, una corte federal de distrito en Texas dictaminó por segunda vez que el programa es ilegal, pero permitió que los casi 600,000 beneficiarios activos estén protegidos de la deportación por otros dos años, hasta septiembre de 2024.
El caso se encuentra en manos de la Corte Suprema, instancia que decidirá su futuro probablemente en la primavera.
El programa fue demandado por una coalición de nueve estados gobernados por republicanos encabezados por Texas, quienes alegan que Obama violó la ley de inmigración al otorgar permisos de trabajo a indocumentados, algo que sólo corresponde al Congreso.
Entre los hallazgos, el informe revela cómo DACA ha permitido a los beneficiarios “obtener mejores trabajos, ganar más y buscar mayores oportunidades educativas”. La encuesta también cataloga cómo los beneficiarios del programa “están contribuyendo a la economía estadounidense”.
“Los dreamrs con DACA son personas que contribuyen no solo laborando día a día por el engrandecimiento del país, pagan impuestos y forman parte activa de los equipos de respuesta inmediata”, agregó.
Escalante citó como ejemplo la participación de dreamers en trabajos para asegurar la cadena de abastecimiento y reparto de mercaderías durante la pandemia, y citó además que, “también han invertido comprando casas, automóviles y abriendo negocios”.
“Invertimos en el bienestar del estado y del país. La ganancia de nuestros aportes no solo es social, sino económica. Pero estamos en riesgo de desaparecer si la Corte Suprema llega a derrocar el programa y el Congreso no actúa para darles un estatus legal permanente”, precisó.
Los hallazgos clave del estudio
El 94.1 por ciento de los encuestados están actualmente empleados.
Desde que recibieron DACA, el salario promedio por hora de los beneficiarios se ha más que duplicado de $11.92 a $31.52 por hora (aumento del 164.4%).
El 30.7% de los encuestados compró su primera vivienda en 2023, un porcentaje que ha tenido una tendencia en alza durante la última década tras encuestar a los beneficiarios de DACA.
El 67.1% de los encuestados reportó haber comprado su primer automóvil luego de recibir DACA.
El 32.9% de los encuestados son padres, y el 70.7% de los padres informaron que se preocupan por la posibilidad de “ser separados de [sus] hijos debido a la deportación” al menos una vez al día.
Sin DACA, el 40.9% beneficiarios de DACA tendrían menos probabilidades de denunciar un delito que presenciaron.
“Hemos estado encuestando a los beneficiarios de DACA por casi una década. La encuesta de este año se destaca porque muestra que los beneficiarios de DACA están más integrados en la economía estadounidense que nunca”, dijo Tom K. Wong, profesor asociado de ciencias políticas y director fundador del Immigration Policy Center en la Universidad de California, en San Diego, y senior fellow del CAP.
“Los beneficiarios de DACA están ganando más ingresos que nunca, lo que ha ampliado su huella económica. Estudios recientes han demostrado que las contribuciones económicas de los inmigrantes han sido cruciales para la recuperación postpandemia del país y para combatir la inflación, y la encuesta de este año muestra que los beneficiarios de DACA están a la vanguardia de esto”, agregó.
A su vez, Diana Pliego, estratega de defensa federal del National Immigration Law Center, dijo que “los beneficiarios de DACA contribuyen muchísimo a nuestras familias, lugares de trabajo y comunidades”.
“He vivido en Estados Unidos desde los tres años. Mi vida está profundamente conectada con los Estados Unidos y la comunidad que me rodea, al igual que aquellos que nacieron aquí y al igual que otros inmigrantes que han vivido aquí de manera similar por décadas. Este es nuestro hogar y continuaremos abogando para que los beneficiarios de DACA como yo tengan la estabilidad de un camino hacia la ciudadanía”, precisó.
Escalante, por su parte, dijo que a medida que se acerca una decisión por parte de la Corte Suprema que determinará el futuro del programa, “urge una solución para poner fin a la incertidumbre del programa”.
En caso de un fallo adverso, los dreamers temen ser detenidos y deportados a medida que caduque la vigencia de sus amparos de deportación.